Ciudad de Paz

Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha olvide su destreza. Si no te tengo en la memoria, que mi lengua se adhiera al cielo de mi paladar, por no tener a Jerusalén como mi principal motivo de alegría.

Si tu no bailas conmigo…

Pintando el cielo

Matar a una persona por defender una ideología no es defender una ideología, es matar a una persona.

Esta mañana he hecho una exposición sobre las guerras a través de los medios de comunicación. Desde Srebrenica y Bagdad hasta Kabul y Homs. Después de la teoría, los hechos y el debate sólo me quedo con una conclusión… Esa frase que ya has leído, esa frase que ha de fijarse en nuestra mente como un discurso infranqueable. Esa frase tan despreciada y, a la vez, tan cierta…

Me gustaría que la apuntaras en tu agenda, en tu móvil o en tu diario. Me gustaría que, cuando veas el informativo de esta noche, no la olvides.

César de Centi me propone este tema de Carlos Chaouen. Quería compartirlo. Gracias César por el regalo.

 

¿Me concedes una segunda cita?

«Lo ilegal es que un ser humano no tenga dignidad»

Últimamente sólo publico deseos. Espero no estar abusando demasiado. El de esta noche no podía ser otro… Porque hoy hemos celebrado el día contra contra el racismo. Celebrado… Más que celebrado, lo hemos observado. Observado como un hombre que se encierra pierde la conciencia minuto a minuto. Observado como los niños inocentes vuelven a casa entre las lágrimas de sus madres. Y observado, sin hacer ruido, cómo los discursos políticos continúan legitimando la discriminación y el conflicto.

Un día difícil y reivindicativo. ¿Un día más…? Nunca. Que nunca sea un día más… Hoy ha sido el día de las pateras y el de los ecos de los disparos. Y hoy, tampoco puede faltarnos la música. Porque nunca debe faltarnos la música. Y menos aquella que reivindica… No importa que nos guste más o menos el género, no importa lo simpático que nos resulte el cantante. Sólo queremos el mensaje.

Hoy sólo nos importa la realidad y el deseo de que sus voces lleguen a todos los lugares…

La compañera de Benedetti


Compañera usted sabe
puede contar conmigo
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo.

Si alguna vez advierte
que a los ojos la miro
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro

a pesar de esa veta
de amor desprevenido
usted sabe que puede
contar conmigo.

Pero hagamos un trato
nada definitivo
yo quisiera contar
con usted es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo.

Quiero decir contar
hasta dos, hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio

sino para saber
y así quedar tranquilo
que usted sabe que puede
contar conmigo.

                                                    Mario Benedetti

Sólo un deseo…

Hoy he visto con resignación, a través de mi televisor, las consecuencias de un atentado sin autoría. Con dolor, las lágrimas de las víctimas; y con miedo, los juramentos de venganza. En esta noche fría y estrellada de Madrid, sólo un deseo: que cese la violencia en Siria y que desaparezcan cuanto antes los titulares inhumanos.

Más abrazo…


Amina Filali, dieciséis años…

Se llama Amina Filali y tiene dieciséis años. Hace unos días, sufría una de las humillaciones más feroces que puede recibir una mujer. Aquel día, Mustafa Sallak, de veinticinco años, no dudó en disfrazarse de malvado y descargar su ira sobre ella. La violación de la mujer, por desgracia, es más común de lo que esperaríamos en una humanidad buena. Amina no tuvo la fuerza física para pelear con su verdugo, pero sí la tuvo en el corazón. Sí tuvo el coraje de una mujer herida para correr al abrazo de su padre, para no permitir jamás otro insulto y para, a pesar de la agresión, levantar la mirada y abanderar el signo de la justicia.

El padre, ofendido, no dudó. Se vio superado por la entereza y las lágrimas de Amina. Tomó su coche y emprendió el camino hacia la comisaría para denunciar, por «perversión de menores», al culpable del dolor de su niña.

¿Qué pasó entonces? ¿Por qué volvieron los fantasmas de la discriminación? ¿Por qué el padre cambió de opinión? ¿Por qué se retiró la denuncia?

La verdad es tan difícil como simple: la ley de una dictadura. El lamentable artículo 475 del Código Penal marroquí que permite al violador casarse con su víctima para evitar así la condena. Las consecuencias: los llantos que nunca cesaron; y el desprecio de un padre que antepuso el honor sobre el amor negándose a readmitir a su hija.

Y el final de esta historia: un suicidio en la sombra.

Con dieciséis años, no pudo seguir adelante. Con dieciséis años y una cucharada de veneno dio su último respiro inocente. Inocencia que muchos todavía no se han ganado; tantos hombres que se hacen cada vez más pequeñitos defendiendo y predicando las legislaciones del terror. Justificando lo injustificable y cerrando los ojos ante lo evidente.

Que algunas personas mantienen la valentía hasta el último momento.

De mi pasado…